Se trata de aquellos carburantes neutrales en emisiones de CO₂. Las investigaciones en carburantes sintéticos se llevan realizando desde hace bastantes años. Se trata de un carburante líquido similar al que usamos en la actualidad, que se obtiene gracias a un proceso químico a partir de hidrógeno. Se le llama también e-fuel.
Los e-fuel son, básicamente, carburantes compuestos por hidrógeno (H2) y dióxido de carbono (CO2). El CO2 se captura directamente de la atmósfera limpiando el aire, y la energía necesaria para el proceso de hidrólisis que separa el oxígeno del hidrógeno se realiza mediante fuentes de energía renovables.
El uso de energía renovable y la captura de dióxido de carbono de la atmósfera lo convierte en un combustible neutro en carbono cuando se quema, es decir, no produciría nuevas emisiones de gases de efecto invernadero, pues devolvería el CO₂ captado para su fabricación.
Toda la cadena de distribución y almacenaje de carburantes que ya existe podría utilizarse tal cual para los carburantes sintéticos: sería una tecnología avanzada dentro de los motores de combustión interna. De hecho, los e-fuel se pueden utilizar en los actuales motores de combustión, sin ningún tipo de adaptación, según explican desde Neomotor, «ajustando la parte electrónica del motor y sin cambiar ni modificar ninguna pieza mecánica del propulsor».