En un contexto de transición hacía vehículos más sostenibles medioambientalmente como son los eléctricos, han surgido talleres y empresas que facilitan la transformación de un vehículo de gasolina para funcionar a gas.
El gas licuado (GLP), creado a base de butano y propano, está en auge y cada vez son más los fabricantes que apuestan por incluirlo en sus modelos. La revista 12 Voltios & Personal Car ha realizado un interesante reportaje sobre las posibilidades que ofrece transformar nuestro vehículo a uno con propulsión de gas.
Estos coches cuentan con dos depósitos, el de gasolina y el de gas, por lo que su autonomía es superior. Se pueden llegar a recorrer más de 1.000 km sin tener que parar repostar. La instalación es sencilla y no altera la estética del automóvil.
Amplía la información en este enlace.